youtubers y Andorra

Todos hemos asistido estos últimos días al debate sobre los youtubers y Andorra. Entre el derecho de Elrubius a cambiar de residencia por motivos fiscales, es decir, para pagar menos impuestos, y la obligación ética, moral, de buen ciudadano de Elrubius de pagar impuestos en el país donde ha desarrollado su actividad y donde ha recibido servicios públicos (sanidad, educación, seguridad, carreteras, etc.).

Ante el hecho de cambiar de residencia de Elrubius, lo primero es decir que obra dentro de la legalidad. Es totalmente correcto en cuanto cumplimiento de la legalidad vigente y legítimo, en cuanto a que está en su derecho de cambiar de residencia por los motivos que uno en la vida crea oportunos y que todos los que le tachan de estar evadiendo impuestos simplemente mienten o no saben de lo que hablan. Miles de personas y sociedades cambian de residencia todos los años por múltiples motivos, incluidos los fiscales; lo único diferente en este caso es la juventud del personaje, su nivel de ingresos y, sobre todo, que lo hace público a una audiencia millonaria que es, probablemente, el motivo que enciende al personal, incluido algún inspector de hacienda con mando en plaza y algún político con cargo en el gobierno o cercanos a él. Alguno de estos últimos ha exigido un cambio legislativo para que los que trasladen su domicilio sigan tributando en España los siguientes 5 años desde el cambio de residencia…

La ética entre los youtubers y Andorra

Reconocida la legalidad de Elrubius y el derecho que le asiste a hacer lo que dice, es obligado reconocer también que su actuación es egoísta, por definición, egoísmo según la RAE; que hace atender desmerecidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás. Es evidente que la situación actual y personal de Elrubius, con una actividad realizable en cualquier lado, sin hijos a cargo por educar, sin enfermedades en su entorno que atender, etc.,  le permite prestarse una atención a si mismo que otros no pueden y priorizar el pagar menos impuestos poniéndolo como el centro de su decisión, obviando el interés de otros, creo que sí, se puede llamar egoísta a Elrubius. Ojo, no defraudador, evasor o delincuente, nada que ver.

¿Es egoísta la Administración?

Pero vamos a revisar la actuación de los incendiados, inspectores, políticos representantes de nuestra Administración y gente en general que han defendido “lo público” por encima de lo individual y reclaman el derecho a que parte de lo que genera Elrubius termine en la Administración española para sus diversos fines resida donde resida Elrubius.

Los inspectores representan a una administración de Hacienda, la Agencia Tributaria, quizá la parte de la administración mejor atendida, mejor dotada de medios y, con toda seguridad, la más eficaz en comparación con otros servicios que proporciona el estado como la justicia: la seguridad e, incluso, la sanidad. Esta situación de privilegio dentro de la Administracion también se puede definir como egoísta, ya que también atiende desmerecidamente el propio interés, el de la Administracion de generar ingresos para su funcionamiento. No sería así si no se produjera tan manifiesta diferencia  entre los organismos de la Administración al servicio del ciudadano. Da la sensación de estar en la película de Regreso al Futuro, si pasas del control de los ingresos de cada contribuyente (ojo que son muchos  millones frente a, por ejemplo, el servicio publico de justica) cualquier juzgado español con sus preciosos legajos de papel con cintas de colores, sus fotocopias, esa manifiesta falta de información dentro del mismo organismo, no ya entre provincias sino de un juzgado a otro dentro del mismo edificio, esas citaciones que no son correctas y se dan cuenta en el mismo momento de iniciar el juicio retrasándolo una vez más… esos funcionarios que trabajan con sistemas antediluvianos, esos 17 sistemas informáticos para cada Comunidad Autónoma que hacen que no se conecten entre si con la información interna de la administración, ese retraso de lustros, décadas que hace que cualquier tema judicial siempre tenga algún difunto entre las partes ya que alguno ya no tiene tiempo vital para los plazos judiciales. O la Seguridad Social cargada de empatía, con una claridad de información para sus cotizantes que hace que en este país al preguntar para qué cotiza uno en su vida laboral o cuál será su pensión cuando se jubile la respuesta sea casi tan difícil de comprender como la factura eléctrica. O la educación, donde gobierno tras gobierno no cambian nada, eterna discusión sobre si asignatura de religión o no, si pública o concertada y que lo importante es la igualdad dejando de lado la calidad de la educación. ¿Cómo podemos llamar a esta diferencia de trato entre Administraciones? ¿Es esto egoísmo también? Priorizar el interés de una parte de la administración, la recaudación, frente a los intereses de los demás de forma tan descarada es también egoísta.

En cuanto a los políticos que braman contra el cambio de residencia, ¿qué actuación pública nos ofrecen?, ¿qué calidad en su servicio?, ¿qué actuación en cuanto al cumplimiento de las normas podemos observar?, desde el exceso de velocidad en los vehículos oficiales porque yo lo valgo pasando por la financiación ilegal de todos los partidos salvo alguna excepción más por ser nuevo que, probablemente, por ser honrado ¿qué priorizan los políticos una y otra vez obscenamente ante nuestros ojos y que todo el mundo reconoce y dice? Coño, su propio interés antes que el de los ciudadanos y aquí estamos hablando de EGOISMO.

La importancia de 'lo público'

Por último, los ciudadanos de a pie, los paganos de todo esto, se reparten entre los que exigen más inversión en “lo público” sin cuantificar nunca el límite o las condiciones de esa inversión, mientras sea público me vale, y comentando que es “lo público” lo que genera riqueza apartando o despreciando “lo privado”, y los que defienden la libertad absoluta de hacer lo que quieras sin los límites que impone el Estado. A ambos les toca pagar la factura de una Administración ineficaz, mastodóntica, que no hace los ajustes necesarios y que coloca o mejora primero a los suyos (véase el aumento de retribuciones a funcionarios en mitad de una crisis en la que lo privado se hunde, cierra y despide a manta).

Un detalle, un ciudadano de los de a pie ha dicho en Twitter que Elrubius debería quedarse porque ¿quién va a pagar las pensiones de sus padres?, y me pregunto ¿no han cotizado ya sus padres para obtener sus pensiones? Además, ¿tienen que pagar sus hijos para pagar lo ya cotizado por los padres? ¿y si empeora la situación de la caja de la Seguridad Social? ¿Quién va a pagar las pensiones de los padres? ¿los nietos? ¿Dónde va este sistema? ¿Cuántas veces hay que pagar lo mismo?

La virtud está en la moderación

Con toda probabilidad, lo correcto se encuentre en un equilibrio: en un Estado que provea de los servicios esenciales, Seguridad, Sanidad, Educación, Justicia, Pensiones, etc. financiado para ello con un presupuesto a través de la tributación, los precios públicos… en la que la comparativa de lo ofrecido con lo obtenido o lo que se obtendrá por lo pagado sea satisfactoria y no genere la necesidad de salir del país. Debería alcanzarse un acuerdo que facilite a una gran mayoría el obtener por sus propios medios una vida digna sin hacer a la gente dependiente del Estado. Poner muros como proponen nunca fue buen sistema, el humano es demasiado ingenioso, hay que alcanzar un pacto.

Por tanto, ¡VIVA EL RUBUIS! Es un egoísta, eso sí, pero pone al descubierto las costuras de un sistema, egoísta también y de una ciudadanía poco exigente, conformista y apesebrada. Un debate muy interesante, que tendría que estar encima de la mesa de manera habitual, de una forma inteligente y exigente para que nuestra Administracion se ajuste y ofrezca servicios de forma eficaz y con un coste razonable sin convertirse en sí misma en un generador de problemas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Publicar comentario