La responsabilidad de tener dinero y usarlo bien. Reflexiones sobre “tener” patrimonio, su impacto en el futuro de los tuyos, la sociedad y el planeta en el que vives.
A pesar de todas las cosas terribles que pasan en el mundo, del horror de una nueva guerra en Europa, de que la violencia haya vuelto a pasar por encima del diálogo, y de que los grandes cambios de la humanidad transitan por épocas de gran inestabilidad geopolítica, la riqueza y el bienestar siguen creciendo en muchas sociedades y familias.
Por primera vez España supera el millón de personas millonarias y la previsión es que el listado de los más ricos siga creciendo. En el caso español, la cifra asciende a un total de 1.147.000 de millonarios, según los datos del estudio anual The Global Wealth Report, correspondiente a 2021 y que realiza Credit Suisse.
Si estas leyendo este artículo es porque tienes más de un millón de euros, trabajas para alguien que lo tiene, o aspiras a tenerlo.
Llevo 32 años en la asesoría fiscal de grandes patrimonios. Conozco bien lo difícil que es crear riqueza y conservarla. Lo difícil que está siendo, que los negocios y los patrimonios familiares, se adapten a la transformación tecnológica, humana, y al gran cambio de paradigma, que está en marcha. Con este artículo he querido compartir mi experiencia en el sector, algunas de las preguntas y reflexiones que nos hacemos cuando llega alguien nuevo con patrimonio, y las sugerencias que les proponemos para empezar un camino de responsabilidad y que sus bienes y negocios impacten positivamente en el futuro.
Las dos primeras preguntas que hacemos cuando llega alguien con dinero, son estas:
¿Cómo has llegado a tener esa cifra de patrimonio?
Según mi experiencia, las personas cuyo patrimonio es superior a un millón de euros, suele ser por alguna de estas razones:
- Porque son o han sido grandes profesionales, altos directivos o buenos empresarios.
- Porque lo han heredado.
En cualquiera de los dos casos, siempre les digo lo mismo. Que deben estar agradecidos y de enhorabuena, porque ellos o su árbol familiar, han entendido bien las necesidades de la sociedad. Han sido capaces de leer los signos de los tiempos e intercambiar bienes o prestar servicios que, en algún momento, han sido valiosos para cubrir las necesidades humanas.
Después les sugiero que no hay que pararse. Que ahora hay que seguir leyendo los tiempos. Y la pregunta que se plantea a continuación es la siguiente:
¿Has reflexionado en profundidad sobre el futuro de este?
La responsabilidad de reflexionar sobre esta cuestión no es baladí. Menos en estos tiempos tan complejos, donde es imprescindible volver la cabeza hacia el lugar al que nos dirigimos.
Para empezar a caminar, hago cuatro recomendaciones:
- Mira de frente los tiempos. Todo está cambiando radicalmente. Tecnología y humanismo parecen enfrentados, pero deben complementarse. Individuos, sociedad y planeta, han entrado en una ecuación que no se va a resolver sin la participación de todas las partes. La pandemia nos demostró que el aire no tiene fronteras, que debemos apoyarnos en la tecnología para sobrevivir, y que la salud mental de las personas es muy frágil. La supervivencia pasa por atendernos unos a otros, con humanidad. Detrás de toda tecnología solo hay humanos, con las mismas necesidades de siempre. Querer y ser queridos.
- Revisa los valores en los que crees y educa a tus hijos en esos mismos valores. Valora lo que tienes y por qué. Medita sobre tu responsabilidad con la colectividad y el significado de cooperar con otros para resolver tus problemas y los del mundo. Piensa en que no caminamos solos, sino con otros. En el valor de la diversidad. En que el amor a la naturaleza y al conocimiento han sido siempre motores de futuro. Piensa en tu responsabilidad con el presente y en el porvenir de los que vienen detrás. En no quedarte atrás y evolucionar con los tiempos que te han tocado vivir.
- Respeta su desarrollo personal como individuos, si ellos no quieren dedicarse a la empresa o a la gestión del patrimonio familiar. Si tus hijos no van a seguir gestionando el patrimonio familiar, porque no es su camino, respétalo y busca acompañamiento profesional en la gestión y toma de decisiones sobre el mismo. No conviertas dicho asunto en un peso, sino en una posibilidad.
- Toma decisiones para evolucionar tu patrimonio y tu negocio ya. El inmovilismo, a veces es deterioro. No ignores lo que está pasando y toma acción.Casi siempre la conversación acaba así: ¿Bueno, y si nos tenemos que mover, sí o sí, cómo lo hacemos? ¿Cómo evolucionamos el patrimonio usándolo bien?
10 recomendaciones prácticas, para personas de gran patrimonio, que quieran evolucionar y humanizar sus patrimonios o negocios
1. Invierte un dinero en hacer el ejercicio de reflexión sobre tu patrimonio o negocio
Considera la consultoría para tu patrimonio como una inversión, no como un gasto
En nuestro despacho, las mejores inversiones que hemos hecho en nuestro negocio, o hemos visto hacer a nuestros clientes de Gran Patrimonio, han ido dirigidas a hacer un examen exhaustivo de los mismos.
Las consultorías de negocio o patrimoniales 360º, son básicas para poder tomar decisiones adecuadas. No es igual hacer jabón Lagarto en 1920, que jabones Lush en 2022. No es igual prestar un servicio de abogacía con tecnología puntera, que como lo hacía mi abuelo.
2. Haz una Foto 360 “integrada” de todo tu patrimonio
Una foto que refleje su valor y rentabilidad. El peso específico de los distintos activos y su reparto en inmuebles, cartera de valores, sociedades familiares o actividades económicas. Te será de mucha utilidad para tomar decisiones estratégicas de inversión y desinversión.
Compárala anualmente para ser consciente de la rentabilidad y evolución de este.
3. Haz un Presupuesto Vital
Te dará una respuesta “aproximada” sobre si la generación venidera podrá vivir del patrimonio que tienes, o necesitará modernizarlo, venderlo o acompañarlo de profesionales en la materia.
4. Reflexiona sobre el nivel de profesionalidad y tecnología con que está administrado y gestionado
Si la respuesta a esta reflexión es que estás anticuado, toma las medidas necesarias para modernizarte. Introduce softwares eficientes, con información integrada y a tiempo real. Pon orden y ejecuta las mejoras. Quizás necesites administradores o gestores profesionales.
5. Revisa tu inversión inmobiliaria
Su rentabilidad y su eficiencia energética. Plantea inversiones que puedan mejorarla, como la energía verde en solares, eólicas u otras posibilidades de energías limpias, ecológicas y eficientes.
6. Revisa tu cartera de valores
Hazlo con algún profesional independiente al banco en que gestionan tu cartera. Te dará una visión más panorámica de tus inversiones, pudiéndote proponer mejoras en las comisiones de los fondos en que estás invertido, un mejor reparto de riesgos geopolíticos o una inclinación hacia inversiones ESG.
El compromiso con el futuro tiene, en este apartado, una importancia muy relevante. Destinar un porcentaje de tus inversiones, no solo a instrumentos o empresas que cumplan con criterios ESG, sino a verdaderas inversiones de impacto directo, tiene mucha relevancia. Inversiones no líquidas en 5 o 10 años, con impacto social y medioambiental de verdad. No green washing. Hoy pueden ser una buena alternativa para los más comprometidos.
La inversión de impacto se está convirtiendo en unas inversiones más sólidas, además de rentables, dentro de todas las que estamos viendo.
Que el capital, responsable y ético, se dirija a este tipo de inversiones es una inclinación muy deseable y necesaria para el desarrollo mundial, la reducción de la desigualdad y el clima.
7. Revisa la estructura legal y mercantil de tus sociedades familiares
Repiensa su eficiencia estructural. Holdings. Patrimoniales. Empresas familiares. Escinde, fusiona o liquida estructuras societarias familiares que ya no tienen sentido. Separa socios o ramas familiares, para dar independencia a las generaciones futuras.
Deja hechos los protocolos familiares o pactos de socios, que profesionalicen la dirección del negocio.
8. Revisa la fiscalidad de todo tu perímetro 360º
Revisa cada año, el cumplimiento de los requisitos de empresa familiar, para poder acogerte a los beneficios del Impuesto de Sucesiones y Donaciones e Impuesto de Patrimonio.
9. Planifica tu herencia
Nombra albaceas de confianza, que vayan a resolver la herencia con justicia y sin pleitos. Pon orden al futuro que heredarán tus hijos.
10. Busca el propósito de tu patrimonio
Que el capital tenga un propósito humano, es decir, que sea un medio para aumentar el bienestar de las personas y los ecosistemas que habitan, es el verdadero cambio de paradigma que debemos perseguir.
Afortunadamente, parece que los ODS son el nuevo código ético mundial.
Al menos en teoría, el capitalismo ético parece estar ganando la partida al Wall Street de los noventa, donde se ganaba dinero, especulando, sin aportar valor a nadie ni a nada. Esa actitud del dinero fácil, hoy, no es de recibo. Al menos, el camino de los ODS es una hoja de ruta que la humanidad ha acordado sin fisuras.
Alinea tu patrimonio con algún ODS que sintonice contigo y con tu familia, por tradición o empatía con en valor añadido que aporta o el impacto que representa.
No tienes que avanzar solo
Busca acompañamiento profesional para realizar la búsqueda de tu Misión, Visión y Propósito.
Y crea alianzas con empresas o personas que estén en esta misma línea de juego.
Conviene recordarnos, a todos los que andamos relacionados con el sector de la creación de riqueza, que el camino hacia una mayor reflexión y responsabilidad del capital, ayudaría mucho a una mayor armonía entre todas las partes de la ecuación: familia, sociedad y planeta.
A las personas que han generado riqueza hay que seguir entusiasmándolas, para que compartan lo que generaron o recibieron. Para que evolucionen sus patrimonios y sus mentes, con espíritu de superación y visión de futuro.
Un futuro colectivo e indisoluble de la especie y su planeta.