Hacienda somos todos

En 1978 el ministro de Hacienda, Fernández Ordóñez, encargó a una agencia publicitaria una campaña en medios para concienciar a los españoles sobre el puntual pago de impuestos con spots en TV, cuñas de radio e inserciones en prensa.

Hacienda somos todos

Actualmente todo es inmensamente más complejo que antes. Desde luego, la cultura de tributar, aunque se haya sofisticado, ha ido en aumento. Ejemplo de ello lo tenemos al comparar los casos de inspecciones a los famosos en los años ochenta y en la actualidad. Lola Flores fue condenada por no presentar su IRPF entre 1982 y 1985, y Xabi Alonso, ha sido absuelto de fraude fiscal por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, por considerar legal el montaje de una sociedad de explotación de sus derechos de imagen.

Cincuenta años después, el lema de que “Hacienda somos todos” sigue grabado a fuego en el imaginario colectivo y aunque haya más cultura de tributar, no se ha conseguido que los españoles sepamos con claridad, con datos sencillos y macroeconómicos, a donde van nuestros impuestos. Ni tampoco que paguemos “a gusto”, convencidos de que se redistribuye justamente, que el esfuerzo de todos revierte en el bien común y ha traído prosperidad colectiva.

La comunicación entre los contribuyentes y la Administración tributaria debe mejorar

No sé lo que ha fallado aquí, pero algo no ha funcionado bien en este ejercicio de comunicación entre el contribuyente y la Hacienda Pública. No sé si el gallinero político de insultos mutuos ha degradado todo lo bueno que poco a poco ha ido implementando, no sé si han sido los medios de comunicación, que sólo hacen noticia de lo nefasto, o los numerosos casos de corrupción, los que han hecho de lo anecdótico y minoritario una generalidad.

No sé si la propia Agencia Tributaria no ha sabido hacer nuevas campañas que comuniquen un mensaje positivo de lo que hacen con nuestro dinero y ha centrado demasiado sus esfuerzos en aumentar la presión fiscal y crear cada día más obligaciones formales de control del fraude, olvidándose de que la satisfacción del cliente, en este caso el contribuyente, es imprescindible.

La comunicación entre los contribuyentes y la Administración tributaria necesita mejorar y es obvio que las partes implicadas debemos tomar medidas:

  • Contribuyentes y Asesores Fiscales: debemos ser más rigurosos e infundir buenas prácticas. como asesores fiscales en Madrid, debemos informar bien a nuestros clientes de sus obligaciones, de la ley y los criterios de la Administración. Contribuyentes: debemos ser rigurosos con la deducibilidad de nuestros gastos y la aplicación de nuestras deducciones. No está bien que nos deduzcamos las comidas con los amigotes, ni la comunión de nuestros hijos. Y no está bien que nos vayamos a tributar a Panamá, si no vivimos en Panamá.
  • Agencia Tributaria: cuidado con vuestros cambios de criterios y con la apisonadora de vuestros órganos de gestión que, a veces, invade requerimientos, sanciona y aplasta a pequeños contribuyentes. Es un abuso de poder que provoca una sensación de indefensión jurídica e injusticia con el pequeño contribuyente difícil de entender. Amplifica una onda expansiva de abusos que, aunque no es general, mancha.

Mi recomendación, si alguien me oye en este desierto del sentido común, es que siguierais informando, con buenas campañas publicitarias e informativas, o en el mismo IRPF, como ya lo hicisteis desde 2014 al 2018, del destino de los impuestos.

¿A qué se destina cada euro recaudado por el conjunto de las Administraciones Públicas?

Copio aquí, parte de la última página de mi declaración de renta de 2017, último ejercicio en que se informó al contribuyente del destino de cada euro.

¿A qué se destina cada euro recaudado por el conjunto de las Administraciones Públicas?

No es lo mismo incrementar la presión fiscal, cuando el contribuyente sabe con exactitud y transparencia que el 71 % de su dinero se destina a pensiones, educación y sanidad, que cuando se dejar llevar por la “leyenda urbana” de que su dinero se malgasta mayoritariamente, se malversa o se lo lleva crudo alguno de los que están sentados en el banquillo.

Debemos seguir construyendo una sociedad más justa para todos, con mensajes más éticos y positivos. Desde luego, todos los que nos dedicamos a esto de la fiscalidad, tenemos un amplio campo de mejora en la concienciación, información y divulgación.

Yo solía enseñar este quesito a mis clientes, cuando la Agencia Tributaria lo publicaba. Se quedaban mucho más tranquilos.

 

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