Evolución hacia una ética planetaria: de la Declaración de Derechos Humanos de 1948, a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030.
¿Qué son los ODS y por qué son tan importantes?
Muchos clientes aún nos preguntan qué hace ese logo de colorines presidiendo nuestra página web. Qué son y qué significan para nosotros los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es una cuestión vital que me gustaría compartir en este artículo.
Desde la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en diciembre de 1948, no ha habido otro acuerdo utópico más importante para la humanidad que el que se firmó, en esa misma Asamblea, en septiembre de 2015, donde se acordaron Los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
A estos dos acuerdos los separan sesenta y seis años, y una evolución del pensamiento humano trascendental; de depredador a cooperador. De querer someternos unos a otros, a entender, que solo duraremos con una ética planetaria.
Cuando se firmó Declaración Universal de Derechos Humanos, estábamos a mitad del SXX, la Segunda Guerra Mundial había terminado hacía dos años, la humanidad acababa de pasar la experiencia más traumática y sangrienta que se recuerda. La II Guerra Mundial dejó 70 millones de muertos y un avance tecnológico capaz de comprender la fisión del átomo y hacerlo explotar en Hiroshima y Nagasaki.
Con la masacre de las dos bombas atómicas, el mundo se quedó perplejo y no tuvo más remedio que pararse a reflexionar.
Aunque pareciera imposible una reconciliación, el camino de encontrar una ética universal empezó allí, gracias al derecho y a la internacionalización de las leyes. Se celebraron los juicios de Núremberg, se condenó a todas las instituciones de un país, no solo gobernantes y militares nazis, sino también médicos y jueces, por crímenes de Lesa Humanidad. Se creó el primer Tribunal Penal Internacional. Desde entonces, cualquier ser humano, aunque cumpla con las leyes de su país, puede ser condenado por incumplir leyes de derecho natural.
El Nacimiento de las Naciones Unidas
La gran reflexión humana pasaba por establecer leyes y acuerdos mundiales. Pocos meses antes de acabar la IIGM, nacía Naciones Unidas, con tan solo 51 naciones asociadas. Pocos países creían en el proyecto. Tres años después, su asamblea general aprobaba un acuerdo sin precedentes; la Declaración de Derechos Humanos.
Por increíble que parezca, en 1948, la idea de que todas las personas del planeta eran iguales y tenían los mismos derechos fundamentales, era una idea subversiva.
La historia de estos casi setenta años de cambio de mentalidad, será digna de ser estudiada en los libros de historia.
En el arranque del S XXI, la crisis del 2008 avisó seriamente de que “el capitalismo de los lobos de Wall Street” estaba dando síntomas de agotamiento y la mayoría de los científicos avisaban de que debíamos empezar a cuidar la casa común para sobrevivir.
Entonces, ¿Qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
En el año 2015, sucedió algo increíble. La ONU consiguió combinar dos ideas que parecían estar disociadas:
– La idea de abordar la indignidad de la pobreza como comunidad mundial, la ONU ya había emprendido esa iniciativa en el 2000, poniendo en marcha los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
– Y La idea de gestionar los riesgos del cambio climático y los desastres naturales, del Acuerdo de París aprobado en la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP21) y que, junto con el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, proveían ya un conjunto de normas comunes y metas viables para la descarbonización y la recuperación después de la crisis.
Con la fusión de estas dos ideas se aprueba en septiembre del 2015 la Agenda 2030, donde se recogen 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El acuerdo es unánime y lo firman 193 países, es decir, la totalidad de la comunidad internacional. Si vemos el márquetin en que se materializó, hasta visualmente, se ve la transformación ideológica de la humanidad. Del blanco y negro, al color. Su diseño, en tonos fuertes, que entran por los ojos, es vivo y alegre, lo llevan los presidentes de los países con orgullo, y significa un cambio radical en nuestra concepción antropocéntrica del mundo.
Los objetivos y las metas están claras. Es la primera vez que todos los habitantes de este planeta se ponen de acuerdo. Hay que proteger a todos los humanos y también los ecosistemas en que viven.
La idea es más revolucionaria aún que la de 1948, porque comprende una ampliación de la mirada humana, que trasciende su antropocentrismo y acepta el concepto de interdependencia.
En el 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la Declaración de Derechos Humanos, parecían tener un desarrollo tímido y lento hasta la llegada de la Pandemia. La Covid-19, no ha traído 70M de muertos, sino 3´8 millones, y dos certezas:
- La primera: que “El aire no tiene fronteras”
- La segunda: que “La ciencia y la cooperación son el único futuro posible”
Suandco y los Objetivos de desarrollo sostenible
Nuestro despacho nació en 1951, pegado a la Declaración de Derechos humanos y en plena implementación en España del Plan Marshall. El año que viene hacemos 70 años abiertos. Se dice pronto. Por ver, hemos visto de todo. Nuestros clientes han pasado por periodos alcistas de bolsa, por crisis económicas, por la caída del muro de Berlín y la de las torres gemelas. Hemos visto pinchar la primera burbuja de las “puntocom” con la quiebra de Terra. Y el fanatismo, en los dos mil, del capitalismo sin límites, en la especulación inmobiliaria y bursátil. Perplejos nos quedamos con la quiebra de Lehman Brothers y sus hipotecas basura, con Madoff y ese largo etc. de bancas privadas que invirtieron el capital de los ahorradores en pura especulación que no añadía valor, ni ejercía ningún impacto positivo en las personas ni el planeta. Hoy, ver esta retrospectiva ética es escalofriante.
Como abogados y economistas en Madrid y como pequeña empresa familiar, no queremos que nada de esto vuelva a pasar y entendemos que ser sostenibles es ser “durables”. Y si queremos durar, y seguir practicando nuestra profesión, ayudando a resolver los problemas de los humanos, hemos de recoger la experiencia del pasado, sumarle la tecnología del presente y caminar hacia el futuro oyendo el grito de nuestro tiempo. Por tanto, no podemos permanecer al margen de este cambio de paradigma. Hemos de posicionarnos y comprometernos con el cambio.
Si un despacho de abogados, hoy, debe sumarse a algo, sin duda tiene que sumarse a este código ético, a este pacto universal de los ODS, hoja de ruta del futuro. Solo así perduraremos como especie, conservaremos la belleza natural del planeta que habitamos y alcanzaremos el bienestar de todas sus personas. “Que nadie se quede atrás” ese es el lema. Y nosotros, la verdad, que de durar y de durar sin que nadie se quede atrás, sabemos bastante.
Nos queda mucho viaje. Siendo realistas, aún no sabemos bien cómo hacerlo, solo sabemos que nos hemos puesto de acuerdo en algo, por primera vez en la historia de la humanidad, y que nuestro despacho prefiere que sean esos 17 objetivos el faro que nos guíe hacia las empresas éticas.
Aunque estemos lejos, aunque nos desesperemos y lo veamos imposible, las utopías se inventaron para eso, para caminar hacia metas a las que nunca se llega.
En Suandco creemos que el camino merece la pena recorrerse con esas luces.